Todos los años, en una noche tenebrosa aparecen en las calles cientos de niños y niñas para la ocasión y pasean por las calles disfrazados de calabazas, fantasmas, vampiros, momias, brujas o monstruos pidiendo dulces de puerta en puerta pronunciando la frase “truco o dulce”, Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta.
BUUUUUUU! ¡Vamos a festejar la noche más terrorífica del año!
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